jueves, 3 de noviembre de 2011

San Martín de Porres.

A doña Cordelia,
ser humano práctico donde los haya.

Hoy, día de san Martín de Porres, por primera vez en mi vida he conseguido hacer un plato que no solamente era comestible sino que, además, ha merecido el elogio unánime de mi único invitado: pastel de panga.
¿Debo aclarar que mi invitado era un presbítero de la Iglesia Católica y que el pastel de panga era el plato que he preparado? Lo aclaro por si acaso.
Doña Cordelia me había dado unas instrucciones muy precisas aunque había omitido un detalle: también los langostinos deben ser cocidos antes de ser desmenuzados y mezclados con la amable panga.
Estaba desmenuzada la panga. Había yo vertido sobre ella el contenido de tres huevos -3- y el tomate. Obraban en mi poder los pobres langostinos pero... Las instrucciones de doña Cordelia no advertían que los animalitos vienen con su coraza y más bien crudos.
Ha venido en mi auxilio la solercia y he escrito en mi navegador: "langostinos cocidos". Disputan los autores sobre si deben ser cocidos durande dos -2- o cuatro -4- minutos. Se ve que la gastronomía no es una ciencia exacta. He optado por los cuatro minutos porque así me daba tiempo a rezar el Ángelus y a poner la mesa.
Jamás olvidaré el momento en el que mi invitado -que además es filósofo- ha dicho: Felicite usted a su cocinera ¿Es francesa?
Canapés:
Queso holandés.
Sobrasada.
Panini.

Caldito de verduras.

El Pastel de Panga estilo san Martín de Porres con langostinos.

Tarta de manzana.

Verdejo frío.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Conmemoración de todos los fieles difuntos.

Muy bien, ya tengo la panga. La he mercado en Mercadona. 900 grs de longitud. Fileteada en cinco -5- filetes. Ha sido muy fácil:
-¿Tiene usted panga, amable pescatera?
-Véala usted , querido Padre, allende los congelados.
También tengo los moldes de aluminio con sus tapas de cartón.
De los cinco filetes he sacado tres para el festín de mañana. Los he puesto en una fuente y los he metido en el horno -con el horno apagado- para que se vayan descongelando. Antes de irme  la cama los meteré en la nevera para que no pasen su última noche a la intemperie.

martes, 25 de octubre de 2011

Amable doña Cordelia:

Proemio:
El miércoles -no este sino el siguiente- quiero probar su receta de panga. Debo decirle que se sentará a mi mesa un amigo -presbíero de la Iglesia Católica- y que sería un gran trastorno para mí si se intoxicara. 
Por otra parte he mirado en el DRAE y en panga no dice nada de pescados, solamente se habla allí de embarcaciones y de peroles de cocina. No obstante, fiándome de su palabra, iré a Mercadona y -poniéndome muy serio- pediré cuarto de kilo de panga congelada. Dire congelada porque, aunque habrá pangas machos y pangas hembras me da que el género gramatical que corresponde a ese bicho -si es que existe y no se trata de una invención de su fantasía- es el mismo de la merluza. Pediré cuarto de kilo y no un kilo porque solamente somos dos, y no glotones.

Al grano:
1) Supongamos que ya estoy en la cocina y que obra en mi poder cuarto de kilo de panga muerta y congelada. ¿Tengo que esperar hasta que se descongele o me pongo a cocerla a lo bestia?
2) Para un cuarto de kilo ¿bastará con un huevo?
3) Con el tomate me entiendo y con el chorrito de leche también. Supongamos que ya he encendido el horno y le he dado instrucciones para que se ponga a 180ºC. ¿Hay que darle instrucciones para que se encienda por arriba y por abajo, o solo por arriba, o solo por abajo?
4) Mi horno posee una bandeja y una rejilla. ¿Uso la bandeja o uso la rejilla?
5) Supongamos que la amable panga -muerta y congelada y descongelada poco a poco o a lo bestia- ya está cocida y que mis manos están limpias. Niños no habrá en mi cocina, de eso me encargo yo. Desmenuzo el cadáver -ya está- lo mezclo con el huevo batido -ya está- añado el tomate y la leche -ya está-. Ahora supongamos que pelo y troceo cuatro langostinos y los añado a lo anterior. ¿Va bien la cosa?
6) Supongamos que la cosa va bien hasta ahora. Yo no tengo moldes y, la verdad, preferiría no tener que comprar más cacharros. Obra en mi poder -en cambio- una bandeja de pyrex -no busque la palabra en el DRAE-. ¿Vale con mi bandeja de pyrex? ¿Tengo que engrasarla? ¿Cómo se engrasa una bandeja de pyrex?
7) Supongamos que ya está en el horno. ¿De verdad basta con treinta -30- minutos?
8) ¿Qué significa dejar que se enfríe? Supongamos que la temperatura ambiente de mi cocina es de 22ºC. ¿Lo dejo a la intemperie cinco -5- minutos o espero a que alcance la temperatura ambiente?
9) Somos presbíteros austeros y perdonamos fácilmente las decoraciones. Yo, además, soy algo perezoso. ¿Pasa algo si paso de añadir lechuga? ¿Y si en vez de poner lechuga -que es un engorro- pongo hebritas de zanahoria? ¿Y si pongo hebritas de remolacha?
Conclusión:
Espero mucho de usted, doña Cordelia y, aunque sé que está usted muy atareada con el estudio y otras cosas me atrevo a rogarle que me conteste cuanto antes. Por mi parte prometo informar puntualmente de todos los pasos que vaya dando.
¡Que Dios me la bendiga!

PD: Se me olvidaba. Supongamos que este es el segundo plato. ¿Qué pongo antes? Una cosa fácil, por favor. De lata, a ser posible. Mil gracais.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Pastel de Panga.


Ingredientes:
- Tres cuartos de kilo de pescado blanco (yo uso panga congelado del Mercadona; no tiene espinas, y aunque me daba bastante prevención por el rollo ese de que si tiene mercurio y cólera, pedí información en el Ministerio de Sanidad y, según ellos, tiene el mismo mercurio que el resto de pescado del mercado)
- Tres o cuatro huevos según tamaño
- Un brik de salsa de tomate de 200 gr
- Un chorrito de leche

Preparación:
Antes de traer los niños se cuece el pescado, no demasiado, y se deja enfriar. Se enciende el horno a 180º, se añaden los niños y se comienza:
- Se lavan concienzudamente las manos de todos los niños
- Se solicita a los ayudantes que desmenucen el pescado con las manos
- Se baten los huevos y se añaden al pescado
- Se vierte el tomate frito sobre el mejunje
- Se añade un chorrito de leche (originalmente era nata líquida; ni lo pienses, va toda a dónde ya sabes, y esto es bastante light)
- Se mezcla todo bien y se vuelca en un molde rectangular (el mío es de silicona y no hace falta engrasarlo)
- Se mete en el horno unos 30 minutos
Se deja enfriar y se decora con mayonesa y lechuguita picada.
Mucho más rico si además se ponen langostinos (en trozos en la mezcla o enteros por encima para decorar).

miércoles, 6 de abril de 2011

Viernes de Cuaresma

1. Una rebanada de pan.
2. Encima de la rebanada un pimiento rojo y asado.
3. Encima del pimiento rojo y asado dos filetes de anchoa.
4. Opcional, sobre todo si el Viernes de Cuaresma coincide con alguna fiesta amable: encima de los filetitos de anchoa una poca de mayonesa.

Presentación:
Un mantel morado sobre la mesa.
Sobre el mantel un plato.
Sobre el plato la cosa en sí.
Junto al plato una servilleta morada.
En la cuarta semana de cuaresma pueden usarse mantel y servilleta rosáceos.

Modo de zampárselo:
Bendecir la cosa en sí.
Tomarla con los dedos por la parte del pan -no hacen falta cubiertos-.
Engullirla despacio.
Limpiarse los deditos y la boca con la servilleta o con el mantel.
Dar gracias por los alimentos recibidos.

martes, 15 de marzo de 2011

Champiñones cuaresmales.

Sartén, aceite, dos capas de champiñones laminados, salpimentar al gusto, cebolla picada, ajo y dos rebanadas finitas de pan duro. Rehogarlo o sofreírlo todo hasta que esté comestible y cubrilo con tomate trituradito. Cuando vuelva a hervir dejas que se enfríe un poco y te lo zampas. Si se te ha olvidado bendecir antes de comer puedes añadir estas u otras preces semejantes post prandium: Agimus Tibi gratias...

lunes, 7 de febrero de 2011

Crema de zanahoria.

Esta noche, aunque no es viernes, voy a hacerme una crema de zanahoria. No tengo apio ni puerro, pero da igual: sin apio ni puerro. Le echaré una patata grande...
La zanahoria ya la tengo picada.
Me gusta el olorcillo de la mantequilla deshaciéndose en la sartén con la harina. Es mi sesión de aromaterapia ese ratito que paso en la cocina.
Lo que no sé es por qué razón, cuando la hace mi madre, parece crema de zanahoria y está espesita y tiene el color de la zanahoria y, cuando la hago yo, parece sopa y es de un color indescriptible.
Una vez, por probar, le eché más harina y un poco de colorante. Y salió más espesa y más naranja, pero sabía a engrudo. Ni siquiera el diácono quiso probarla.
De todas formas el secreto, cuando se trabaja con verduras, es la salpimentación (no busquen la palabra en el DRAE, vigésima segunda edición). Si le echas bastante sal y pimienta a cualquier cosa, pasa bien.