jueves, 15 de julio de 2010

Víspera de Nuestra Señora del Carmen

Como hoy no es viernes he hecho un experimento con jamón cocido.
He abierto una barrita de pan como para hacer un bocadillo.
He untado una de las partes con mayonesa y la otra con ketchup.
He puesto encima del mejunje el jamón cocido -dos lonchas finas-.
He tapado el jamón con la otra parte del pan.
¿El resultado?
Un bocadillo.
¿Qué tal?
Comestible.
¿Buenísimo?
Vale, sí. Buenísimo.
¡Oh!

Providencia maternal.

El Reino de los Cielos se parece a una mujer que prepara un puchero a su marido. Por la noche fríe los garbanzos para su hijo y hasta el perro se alegra con esa providencia de la mujer amable que le reserva el hueso. No contenta con eso, la mujer amable guarda el caldo para un arroz y le ofrece a su madre arroz caldoso y con la carne prepara unas albóndigas y da una fiesta.
(Parábola extraída de un papiro hallado por un servidor aquí: Por ti madrugo.)

jueves, 1 de julio de 2010

Pastel de la tía Janusa.

Mi tía Janusa me ha mandado un mensaje con dos partes.

En la primera me da una receta que, más bien, parece una fórmula mágica:
Medio kilo azúcar blanca,
agüita del avellano
y al perol la calabaza.
Tres salves y un Padrenuestro
y la gracia de tus manos.

En la segunda -que no publicaré- da rienda suelta a su susceptibilidad e ironiza sobre don Dadaísta. ¿Por qué razón? Pues porque don Dadaísta ha hecho una broma en un comentario y mi tía Janusa ya no está para bromas.

Sirva esta entrada de homenaje a mi tía -y a sus recetas mágicas-  y de advertencia a don Dadaísta.